A pesar su estatus controversial, la prueba de detección de mentiras sigue siendo un instrumento organizacional popular para la evaluación de la credibilidad. Debido a su popularidad, examinamos el efecto de la retroalimentación de la prueba de detección de mentiras en el comportamiento moral posterior.
En tres estudios, los participantes pudieron hacer trampa para aumentar su recompensa monetaria en dos fases consecutivas. Entre estas dos fases, los participantes se sometieron a una prueba de polígrafo simulado y recibieron comentarios asignados al azar con Indicación de Engaño (IE) o Sin Indicación de Engaño (SIE).